
El ansioso no suele compartir sus crisis con nadie porque se avergüenza de provocarse así mismo tantos síntomas.
El ansioso rumia durante horas su malestar y se siente impotente porque piensa que nadie le va a entender; el ansioso teme ser un pesado y suele escuchar más de lo que es escuchado.
El 60% de los que soportan un estómago nervioso podrían encontrar ayuda en el psiquiatra.