Psicología Infanto-Juvenil

Psicólogo experto en intervención temprana en Córdoba

Los primeros años de vida de un niño son los más importantes, de ahí que los programas de intervención temprana, sean fundamentales.

Durante esta etapa, hasta los 3 años aproximadamente, los niños crecen rápidamente y tienen mucho que aprender. Algunos niños y familias se encuentran ante situaciones especiales que enfrentar y necesitan una ayuda extra.

Las experiencias del niño en sus primeros meses y años de vida determinan si posteriormente irá a la escuela con deseos de aprender o no. Cuando el niño llega a la edad escolar, su familia y las personas encargadas de su atención ya han preparado al niño para su posterior éxito o fracaso.

Clínica especialista en intervención psicológica temprana

Actualmente, existe la opción de crear programas de intervención temprana individualizados y ajustados a las necesidades de cada familia. Estos programas integrados de desarrollo infantil pueden hacer mucho para prevenir problemas cotidianos de crianza, retraso en el desarrollo cognitivo y la preparación insuficiente para la escolaridad.

Los programas procuran abordar todas las necesidades básicas del niño. Además de los alimentos, la protección y la atención de salud, estos programas también deben proporcionar afecto, estímulo intelectual, interacción humana en un ambiente de apoyo, oportunidades y actividades que promuevan el aprendizaje.

Tras estudios realizados, podemos confirmar que la intervención en los primeros años de vida tiene efectos positivos duraderos.

Los primeros años de vida son cruciales en el niño. El desarrollo del cerebro antes del primer año de vida es muy rápido y extenso. Aunque la formación de células está prácticamente completa antes del nacimiento, la maduración cerebral continúa después del mismo.

*Cuanto más pequeño es el niño, más complicado es conocer que factores fisiológicos y psicológicos dominan su salud y sus necesidades. Estos irán cambiando a medida que van creciendo y pasando de ser lactantes a niños pequeños y de preescolares a niños de escuela primaria.

  • Importancia del ambiente:

    El desarrollo del cerebro es muy vulnerable a la influencia del ambiente. La nutrición inadecuada antes del nacimiento y en los primeros años de vida puede traer consecuencias serias en su desarrollo y ocasionar trastornos neurológicos y conductuales. La influencia que ejerce el ambiente de los primeros años en el desarrollo del cerebro es perdurable. Existen investigaciones que nos hablan de como lactantes expuestos a buena nutrición, juguetes y compañeros de juego tenían una mejor función cerebral cuantificable a los doce años de edad que los criados en un ambiente menos estimulante.

    Otro factor que trae consecuencias negativas en el niño es el estrés en la primera infancia. Este puede afectar la función cerebral, el aprendizaje y la memoria de forma no sólo negativa, sino permanente. Los niños que presentan excesivo estrés en sus primeros años están en mayor riesgo de desarrollar dificultades cognitivas, conductuales y emocionales en etapas posteriores de su vida.

  • Importancia del contacto y afecto

    Como hemos dicho anteriormente, la nutrición es un aspecto de suma importancia, pues la alimentación es un proceso interactivo además de físico, y es que, una necesidad tan directa como la nutrición tiene también aspectos psicológicos. Se ha demostrado que la falta de contacto y afecto adecuado retrasa el crecimiento del niño, al igual que la falta de alimentos necesarios.

  • La importancia de la participación familiar

    Como sucede con cada aspecto de la crianza de un niño, la participación y compromiso completo en el plan de intervención es crítico para el éxito del éste. La inmensa mayoría del aprendizaje se produce en la casa. Por eso, es tan importante generalizar todo lo aprendido en las sesiones al contexto del hogar. Hay que ser consciente en cada etapa de la intervención de las cosas que se pueden hacer en casa para avanzar.

Trastornos del desarrollo del niño

Los niños con discapacidad en muchas ocasiones se encuentran entre los más estigmatizados y excluidos. Debido a la falta de conocimientos sobre la discapacidad y las actitudes negativas relacionadas pueden dar como resultado la marginación de los niños con discapacidad dentro de la familia, la escuela y la comunidad. En aquellas culturas donde el nacimiento de un niño con discapacidad está asociado a la culpa, la vergüenza y el miedo, ese niño suele ser ocultado, maltratado y excluido de actividades que son cruciales para su desarrollo. Esta discriminación da lugar a una privación hacia los niños en algunos aspectos del desarrollo, y como consecuencia éstos tener carencias en distintos planos, como puede ser: malos resultados en materia de salud y educación, baja autoestima, interacción limitada con los demás y mayor riesgo de sufrir violencia, abuso…

La intervención temprana en discapacidad, está dirigida a niños con trastornos del desarrollo o riesgo de padecerlo en edades comprendidas entre los 0 meses y los 6 años aproximadamente. Se trabajan de forma conjunta las distintas áreas de desarrollo del niño, como son: motora gruesa, motora fina, cognitiva, lingüística, socio-afectiva y adaptativa, intentando potenciar al máximo las posibilidades físicas e intelectuales del niño mediante la estimulación continúa. Los niños que nacen con cualquier tipo de retraso de desarrollo corren el riesgo de quedarse atrasados en relación con su potencial educativo.

Cuanto más rápido un niño recibe atención para tratar los efectos de su discapacidad, más tiempo hay para efectuar resultados positivos con respecto a su aprendizaje.

Desde la intervención temprana en la discapacidad o trastornos del desarrollo Córdoba, vamos a marcarnos distintos objetivos:

  • Una de nuestras prioridades, y quizás la más importante, va a ser desarrollar las capacidades del niño.
  • Debemos normalizar el curso del desarrollo en la medida de sus propias características y posibilidades. Hay que tener en cuenta la individualidad de cada niño.

Reducir los efectos de una deficiencia o déficit sobre el conjunto global del desarrollo del niño o niña es una labor prioritaria.

  • Prevenir la aparición de trastornos secundarios.
  • Favoreceremos a su integración familiar, educativa y social, mejorando su bienestar y potenciando al máximo su desarrollo de autonomía Queremos hacer niños independientes en la medida de lo posible, que puedan defenderse y atender a las demandas de la sociedad en la que vivimos.
  • Trabajaremos para facilitar la adquisición de habilidades adaptativas.

Hay que optimizar, en la medida de lo posible, el curso del desarrollo del niño o niña.

Para ello trabajaremos en su desarrollo social, afectivo y emocional, potenciando su autoestima. Estos aspectos son importantes en cualquier niño, aún más cuando existe algún tipo de discapacidad.

  • Proporcionar al niño o a la niña un ambiente lo más estimulante y rico posibles, partiendo siempre de su entorno natural (familia, escuela, comunidad…).
  • Hay que marcar una línea de trabajo enfocada a la promoción de actividades funcionales, que tengan un sentido claro, incluyéndolas dentro de las actividades de su vida diaria.
  • Introducir los mecanismos necesarios de compensación, de eliminación de barreras y adaptación a necesidades específicas.

ÁMBITOS DE ACTUACIÓN

Nos vamos a centrar en tres ámbitos importantes como base de actuación en la Intervención o Atención Temprana. Éstos van hacer referencia a 3 niveles de máxima importancia para el niño: individual, familiar y en relación con su entorno.

  • Nivel individual

    En este apartado haremos referencia, de manera más concreta, en lo que supone la actuación con el niño o niña.

    Como hemos comentado anteriormente, hay que facilitar la adquisición de habilidades adaptativas, potenciar la autoestima, la capacidad de autodirección, el máximo grado de autonomía personal y promover el reconocimiento de la individualidad, entre otras actuaciones.

    Esta intervención a modo de programa, deberemos de realizarla en coordinación con la familia. La participación de los padres o tutores es muy importante, ya que permitirá a éstos descubrir sus propios recursos, y a la vez, reforzar la relación con su hijo, aspecto muy importante para su evolución madurativa y afectiva.

    En referencia al número de sesiones, dependerán de las necesidades del niño o niña.

    Entre otros objetivos, la atención individualizada tiene como objeto prioritario el poder abrir un espacio en el que, tanto el profesional como los mismos padres, puedan dialogar e intercambiar información referente al tratamiento del niño o niña, la dinámica en el hogar, aspectos familiares generales o escolares. Esta atención puede ser el medio más adecuado, para la familia, donde poder intercambiar impresiones así como transmisión de sentimientos, dificultades respecto al trastorno del hijo, o esperanzas e ilusiones en relación a los avances alcanzados.

    Como podéis ver, la colaboración de la familia es probablemente el plano más importante en el que deberemos centrar la atención y en el que vamos a profundizar algo más a continuación.

  • Nivel familia

    Hay que facilitar la implicación de la familia en todo el proceso de intervención, tenemos que promover la cooperación con los padres, alentar la participación activa y apoyar su bienestar como objetivos principales en este nivel.

    Conocer las necesidades de la familia desde padres, hermanos… hasta la familia extensa, es una tarea a llevar a cabo, así com plantearse qué tipo de intervención o intervenciones pueden ser las más eficaces para dar una respuesta coherente.

    La finalidad de la intervención con las familias debe ser ayudar a los padres en la reflexión y en la adaptación a la nueva situación, ofreciéndoles la posibilidad de comprender mejor la situación global, evitando que se contemple la situación centrándose exclusivamente en el trastorno o problema que padece el niño o niña.

    Cada familia debe adecuar sus expectativas a las posibilidades reales de la intervención, y situar correctamente desde el inicio, el papel que corresponde al profesional y el papel que le corresponde a ellos.

    Es importante que los profesionales puedan atender, no sólo los aspectos referentes al niño o niña, sino también aquellas otras demandas familiares, que no siempre son fáciles de manifestar, y pueden ser referentes a sus relaciones de pareja, a los vínculos establecidos con los otros hijos o a la familia extensa. La finalidad de todo ello es la de ayudarles a entender sus sentimientos y reconocer sus competencias en cuanto a la educación de sus hijos.

  • Nivel entorno

    Desde aquí contemplamos la intervención tomando como objetivo la superación de barreras físicas y sociales, lo cual se debe realizar teniendo en cuenta el entorno natural de cada niño o niña y familia, para obtener así́ su integración en el medio social donde se desenvuelve.

    Nuestro objetivo será que alcance el mayor grado de integración social posible, facilitando la adaptación de los entornos, desde lo familiar hasta el medio social en que se desenvuelve el niño o niña, a la vez que proporcionarle las estrategias y recursos que le permitan una integración positiva.

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