Psicólogos especialistas en fobia social en Córdoba

La fobia social es un miedo intenso a ser juzgado y observado por otros y a sentirse avergonzado. Este miedo puede llegar a ser tan fuerte que impida ir al trabajo, al colegio o realizar las actividades diarias. Toda persona ha sentido ansiedad o vergüenza alguna vez.

fobia-social

Centro de psicología experto en fobia social

Algunas fobias suelen ser muy conocidas, como el miedo a coger un ascensor, miedo a las serpientes o a las cucarachas, sin embargo, la fobia social se diferencia de estas otras fobias en que el miedo se centra en situaciones más complejas, y además altera totalmente la vida ya que nos vemos obligados a vivir en sociedad. Todos los seres humanos solemos experimentar cierta incertidumbre o ansiedad al conocer a personas nuevas, pero una vez que se ha roto el hielo, la mayoría coincide en catalogar esos encuentros como una experiencia agradable.

El hecho es que, conocer a nuevas personas o dar una charla puede poner nervioso a cualquier persona, pero las personas que sufren de fobia social se preocupan por estas y otras cosas semanas antes de que ocurran y también experimentan un grado de ansiedad mucho más alto en estas situaciones. El grado ansiedad o vergüenza que estas personas experimentan, es tan alto que provoca que aparezcan señales físicas como:

  • Sequedad de boca.
  • Mayor frecuencia cardiaca.
  • Temblor de manos o de voz.
  • Dificultades en la respiración.
  • Sudor corporal, especialmente en las manos.
  • Rubor, rostro enrojecido.
  • Insomnio.
  • Escalofríos.
  • Dolor u opresión en el pecho.
  • Tensión muscular.
  • Dificultades en la concentración.
  • Tartamudeo, “quedarse en blanco”

Estas señales físicas hacen a la persona más vulnerable e insegura y, como consecuencia, la situación social se transforma en algo muy desagradable, por lo que la persona se desanima y comienza a utilizar estrategias de evitación y control para estas situaciones.

A parte de este componente fisiológico, en la ansiedad social se dan otros dos componentes: el componente conductual (principalmente, las conductas de búsqueda de seguridad o de evitación) y el componente cognitivo (creencias, pensamientos e imágenes centrados en el peligro y en la evaluación negativa por parte de las demás personas). Todos solemos tener el deseo de formar parte de los grupos sociales y ser valorados y apreciados, pero en estos casos este deseo se ve disminuido, con la consiguiente baja autoestima y complejo de inferioridad.

  • Elementos de la Fobia Social

    Los más importantes podríamos citar:

    • Preocupación por ser el centro de atención.
    • Temor a que alguien nos mire y observe lo que estamos haciendo.
    • Temor a ser presentados a otras personas.
    • Temor a comer o beber en público.
    • Dificultad para manejarse en comercios y lugares públicos.
    • Miedo a hablar en público o ante un grupo de amigos.
    • Miedo a realizar llamadas telefónicas o realizar gestiones.
    • Dificultad para confrontarse en el trabajo o hacer reclamaciones.
    • En las fiestas o reuniones sociales, tendencia a ponerse cerca de la puerta o encargarse de tareas discretas, que lo coloquen en un segundo plano y que le permitan huir de la situación.
    • Evitación de espacios cerrados donde hay gente
    • Sensación de sentirse observado y minusvalorado.
    • Miedo a que las intervenciones realizadas parezcan ridículas o inadecuadas.

    Algunas personas presentan esta fobia social solo en ciertas situaciones, mientras que otras tienen síntomas en casi todas las situaciones sociales. Normalmente, la fobia social comienza durante la juventud y si no se trata puede durar toda la vida.

  • Criterios diagnósticos

    Desde la publicación del DSM V, lo que antes era conocido como fobia social, ahora pasa a llamarse Trastorno de ansiedad social. Los criterios diagnósticos fobia social Córdoba para este trastorno son:

    1. Miedo o ansiedad persistente en una o más situaciones sociales en las que el individuo se siente observado o evaluado. Ejemplos de interacciones sociales son: mantener una conversación o reunirse con personas extrañas. Ejemplos de ser observado: comiendo o bebiendo y ejemplos de actuar delante de otras personas: dar una charla.

    Nota: En los niños, la ansiedad se puede producir en las reuniones con individuos de su misma edad y no solamente en la interacción con los adultos.

    1. El individuo tiene miedo de mostrar síntomas de ansiedad que se valoren negativamente
      por parte de las otras personas (es decir, que lo humillen o avergüencen)
    2. Las situaciones sociales casi siempre provocan miedo o ansiedad. Nota: En los niños, el miedo o la ansiedad se puede expresar con llanto, rabietas, quedarse paralizados, aferrarse, encogerse o el fracaso de hablar en situaciones sociales.
    3. Las situaciones sociales se evitan o resisten con miedo o ansiedad intensa.
    4. El miedo o la ansiedad son desproporcionados a la amenaza real planteada por la situación social y al contexto sociocultural.
    5. El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente y dura seis o más meses.
    6. El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento de la persona.
    7. El miedo, la ansiedad o la evitación no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) ni a otra afección médica.
    8. El miedo, la ansiedad o la evitación no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental.
    9. Si existe otra afección médica (p. ej., enfermedad de Parkinson, obesidad, desfiguración debida a quemaduras o lesiones) el miedo, la ansiedad o la evitación está claramente no relacionada o es excesiva.
  • Causas

    El origen de la ansiedad social puede ser gradual o puede aparecer tras una o varias experiencias sociales desagradables puntuales. En la mayoría de los casos la persona no recuerda cuándo comenzó ese miedo social ni la situación que lo provocó. Sin embargo, si es frecuente que la persona recuerde ciertos temores sociales ya en la niñez, así como timidez en las relaciones sociales. En estos casos, esta ansiedad social se ha ido gestando desde la infancia y agravándose con el tiempo.

    También se da el caso de que la persona recuerde uno o varios sucesos concretos que fueron el inicio de este miedo social. A partir de estas situaciones, la persona comienza a generar un miedo intenso a que esto se repita y así comienza a desarrollar un temor a todo tipo de situaciones sociales.

    Uno de los factores que agrava y perpetua esta fobia es la evitación o el no afrontamiento de las situaciones sociales temidas. El individuo con fobia social anticipa que va a tener que hacer frente a una situación social y esto provoca una ansiedad que no puede soportar ni manejar, por lo que decide evitar dicha situación. Al no afrontar la ansiedad y el miedo consigue un gran alivio y tranquilidad que fomenta que este mismo comportamiento se repita en situaciones similares futuras, entrando así en un círculo vicioso que va generando más inseguridad y miedo a lo largo del tiempo.

    La vida de las personas que sufren ansiedad social puede verse muy limitada debido a la percepción de que son incapaces de realizar cualquier actividad social. En casos extremos pueden a perder su trabajo, amigos y ver su vida familiar limitada. Es más, si no se lleva a caso una intervención psicológica adecuada ese miedo social no desaparecerá, al contrario, se agravará más con el tiempo.

Tratamiento de fobia social

El tratamiento de la fobia más adecuado para este problema es la intervención psicológica que se llevará a cabo tras una evaluación individualizada. Es importante determinar cuáles son las situaciones sociales que le provocan miedo a la persona, ya que no son las mismas en todos los casos. Determinar exactamente cuáles son estas situaciones ayudará a realizar una intervención más adecuada y completa.

La persona que se somete a una intervención psicológica debe estar en todo momento de acuerdo con el proceso que va a seguir. Obviamente ser hará una intervención personalizada en la que será el propio paciente el que marque el tiempo, no todos los individuos reaccionan y procesan de la misma manera. Al ser una intervención personalizada para el mejor tratamiento de la fobia, habrá bastantes diferencias entre un caso u otro, sin embargo, en este tipo de intervención siempre habrá una serie de elementos comunes a tratar con la persona:

  • Entrenamiento en habilidades sociales: Es probable que la ansiedad social de la persona tenga su origen en dificultades para relacionarse de forma saludable con otras las personas de su entorno. En el caso de intervenciones más concretas se pueden añadir habilidades más específicas, como por ejemplo, para hablar en público o para ligar.
  • Es importante que la persona se exponga poco a poco a las situaciones que le causan temor. Una vez que la persona ha adquirido las habilidades necesarias en sesión, toca que vaya enfrentándose a esas situaciones temidas gradualmente, realizándose de forma estructurada y controlada.
  • Otros componentes que pueden mejorar la intervención pueden ser: técnicas de relajación o técnicas basadas en mindfulness. Mindfulness, traducido al español como “conciencia plena” es una práctica que implica prestar atención de manera consciente al momento presente con interés, curiosidad y aceptación.

    ¿Necesitas ayuda?
    No dudes en contactar con nosotros