El juego es una actividad de entretenimiento, distractora, socializadora, que puede tener un fin constructivo siempre que se practique en cantidades reducidas. La diferencia entre el jugador patológico y el no problemático es que, el primero ha perdido la capacidad para controlar, de forma voluntaria, su implicación en el juego y ya no puede dejarlo de practicar cuando lo desee.
El jugador patológico, en su quehacer diario, se siente empujado por un deseo- impulso irrefrenable de jugar. Este deseo aumenta en intensidad, invirtiendo la persona cada vez más recursos, tiempo y energía de la que dispone terminando con la ejecución del episodio de juego para aliviar su malestar subjetivo aunque ello le lleve a limitar cada vez más su vida y a largo plazo a convertirla en algo tan limitante que puede acabar destruyéndola.
Cuando hablamos de juego patológico, por su perfil adictivo, nos estamos refiriendo a una adicción “sin sustancia”.
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS JUEGO PATOLÓGICO DSM-IV
A.- Comportamiento de juego desadaptativo, persistente y recurrente , como indican por lo menos cinco de los siguientes ítems:
1.- Preocupación por el juego
2.-Necesidad de jugar con cantidades crecientes de dinero para conseguir el grado de excitación deseado.
3.-Fracaso repetido de los esfuerzos para controlar, interrumpir o detener el juego.
4.-Inquietud o irritabilidad cuando intenta interrumpir o detener el juego.
5.- El juego se utiliza como estrategia para escapar de los problemas o aliviar la disforia ( culpa, ansiedad, tristeza..).
6.- Después de perder dinero en el juego, se vuelve otro día para intentar recuperarlo.
7.-Se engaña a los miembros de la familia, terapeutas u otras personas para ocultar el grado de implicación con el juego.
8.-Se cometen actos ilegales, como falsificaciones, fraude, robo, o abuso de confianza, para financiar el juego.
9.- Se ha arriesgado o perdido relaciones personales significativas, trabajo y oportunidades educativas o profesionales debido al juego.
10.- Se confía en que los demás proporcionen dinero que alivie la desesperada situación financiera causada por el juego.
El jugador patológico lleva a cabo una serie de conductas características como son:
-Cada vez apuesta más que la vez anterior. La última apuesta de la sesión suele ser la más elevada y por tanto en la que más dinero perderá.
-Tiene un nivel previo de apuestas, generalmente, la media entre la mayor y la menor apuesta de la última sesión de juego.
-Busca aumentar el riesgo en las apuestas a lo largo de la sesión con intención de recuperar sus pérdidas, que son, cada vez mayores.
Durante el episodio de juego, en la persona comenzarán a aparecer verbalizaciones irracionales, como que” en la próxima jugada recuperaré todo lo perdido hasta ahora”. También creerá tener el control sobre todo lo que ocurre durante el juego o que puede predecir la jugada que va a acontecer inmediatamente después, ignorando de forma consciente que se tratan de elementos aleatorios y azarosos.
En los primeros episodios de juego, el reforzador más importante será ganar. Posteriormente y cuando el juego a pasado a ser patológico, el reforzador principal será aliviar el malestar que le provocan las pérdidas acumuladas y el deterioro que se ha producido en las diferentes áreas de su vida como consecuencia de su trastorno adictivo.
La ayuda psicológica se convierte en algo necesario e imprescindible para la persona que quiere tratar de solucionar su hábito adictivo que tanta incapacidad y sufrimiento le causa. El entorno socio-familiar cobra una especial importancia en el proceso terapéutico ya que puede ser el enlace entre la persona que necesita ayuda y el terapeuta.
Contenido redactado por el Dr. Luis Alonso Echagüe, psicólogo en Córdoba especialista en psicología clínica, deportiva, infantil/juvenil y neuroterapias.